Las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) en Argentina, aunque no oficiarían como evento para dirimir candidaturas dentro de los partidos, tal cual su intención original, sin duda serían una instancia interesante para vislumbrar el comportamiento electoral en un año candente.
Dentro del amplio abanico de posturas, desde los que las consideran una “encuesta muy cara” que no tiene relevancia hasta “más votación más democracia”, ninguno, o tal vez muy pocos, se esperaban el impacto que las mismas generaron.
Demostraciones de poder irrelevantes
Históricamente, las campañas electorales en Argentina poseen el imaginario popular de la presencia física, lo que se acostumbra en la jerga de los militantes con “ganar la calle”. Mientras más presencia podamos demostrar, existirá un sentido de mayor poder asociado al partido o la figura que está por competir. Pero, el voto secreto ha logrado desarticular esta modalidad en la realidad, ya que al ingresar al cuarto oscuro, el ciudadano se encuentra solo con sus propias contradicciones.
Son más los indecisos -principalmente pertenencientes a la clase media- los que a último minuto y en la ignominia de su soledad, toman una decisión. La cual, no siempre será compartida con su entorno. El voto es individual y secreto, por lo tanto, no sabemos qué ha pasado en ese instante de aislamiento. Y no hay nada, y mejor que así sea, que obligue a alguien a decir su preferencia.
Con el avance de la tecnología, principalmente el internet y las redes sociales invadiendolo todo, absolutamente todo, la lucha por “ganar la calle”, se trasladó irresolublemente a las redes. Un espacio virtual, sin reglas aparentes en donde los interesados en la temática suelen refugiarse, muchas veces tras el anonimato.
El ganar las calles parece haberse reemplazado por ganar las redes. Y así como las calles se llenan de personas que apoyan y demuestran su presencia ante una convocatoria política. En las redes sucede algo similar, siguiendo la lógica propia de la red, vemos una saturación constante de mensajes que son una y otra vez difundidos, el objetivo es generar más volumen de usuarios.
En el Gráfico N.º 1 podemos observar la disputa entre las consignas #YoVotoMM y #YoVotoFF, la cual buscaba difundir la iniciativa de votar a uno u otro precandidato presidencial: Mauricio Macri o Alberto Fernández, éste último bajo la doble F, ya que hace referencia a la precandidata a vicepresidente que lo acompaña Cristina Fernández de Kirchner.
Anteriormente, el kirchnerismo, principalmente a través de militantes de la Agrupación Juvenil Cámpora, tenía esta lógica doble de ganar las calles y ganar las redes. Pero, como podemos observar no es la lógica que desarrolla el actual precandidato Fernández, el cual posee una presencia baja en cuanto a volumen en la Red. Por el contrario, el oficialismo tanto ahora como en el pasado siendo oposición, entendió que las redes les permitían una nueva arena de juego político, sin la conflictividad propia de las calles.
Pero, como ya he explicado anteriormente, el volumen no representa los resultados en las urnas. Esto lo hemos podido observar reiteradamente en elecciones locales, subnacionales y de otros países. Siendo el caso más claro, Brasil.
El escrutinio provisorio de las PASO arrojó 11.622.020 votos, lo que equivale a 46,65% a favor del Frente de Todos que lleva como actual candidato a Presidente a Alberto Fernández, y en un segundo lugar 7.824.996 votos, equivalente a 32,08% para el oficialismo Juntos por el Cambio del actual Presidente, Mauricio Macri. Los más de 14% de diferencia, crean una gran diferencia, por el momento ficticia, aunque innegable, a favor de la fuerza opositora.
La trampa de las PASO
Las PASO fueron creadas para permitir que expresiones políticas dentro de los partidos no fueran sofocadas por procesos tradicionales o sucumbir ante el peso de referentes internos y, pudieran acceder a una competencia abierta para los puestos de candidatos. Pero, en el caso de las PASO 2019 para Presidente de la Nación Argentina, las fuerzas participantes no presentaron más de un precandidato, por lo tanto son candidatos por defecto. Convirtiendo así, lo que algunos han denominado, la encuesta más grande y cara previa a las elecciones generales.
Si el Domingo 11 de Agosto de 2019 se hubieran celebrado las elecciones generales, Alberto Fernández hoy sería el nuevo Presidente de la República Argentina, dado que superó el 45% de los votos y logró una ventaja superior al 10% con respeto al segundo.
Pero, la realidad es que las PASO fueron para oficializar los candidatos que ya existían por defecto. Hoy, Alberto Fernández pasó de ser precandidato a candidato a Presidente por el Frente de Todos. Lo mismo sucedió con Mauricio Macri por Juntos por el Cambio. Ahí debería terminar la historia y, esperar hasta el mes de Octubre de 2019 en donde se celebrarán las elecciones generales.
Pero, Argentina es un país que siempre trae sorpresas. Una vez conocido el escrutinio provisorio, así como leen, el escrutinio provisorio no el definitivo, el país ingresó en una debacle económica en cuestión de horas. Las acciones argentinas en Wall Street se desplomaron 50%. Pero, lo más alarmante para el ciudadano de a pie es que el dólar dio un salto de 24%. Lo que en Argentina significa una devaluación automática, aumento de la inflación y que el día a día será más caro conseguir alimentos y productos varios. Nuevamente, la incertidumbre económica azota al país.
Ante tan dramática situación, el Presidente Macri dio una conferencia de prensa donde explicaba que el mercado había respondido de esta manera, debido a la desconfianza que generaba el retorno al poder del kirchnerismo. Y, responsabilizaba tanto al kirchnerismo mismo como a la población por su elección. Ante tal explicación, en Argentina pasó lo lógico para un argentino, el dólar volvió a aumentar.
El Presidente, ha fracaso rotunda y contínuamente en lograr calmar los mercados y en dar estabilidad económica a un país, que se ha empobrecido en términos relativos desde las medidas de ajuste. La conferencia de prensa tuvo una reacción negativa, principalmente desde el punto de vista de la poca autocrítica del oficialismo por la actual situación económica del país, en donde claramente el Financial Times expresó que “Mauricio Macri perdió contacto con la realidad”. El voto castigo al gobierno, tuvo una base principalmente económica, la gran mayoría de los argentinos se han visto perjudicados por las políticas públicas implementadas.
En la jerga se dice, que el asfalto es muy útil, pero no se puede comer. Expresión que resume cabalmente lo que experimentan en el país muchas familias.
En el Gráfico N.º 2, observamos un nuevo conflicto entre un grupo que comienza a operar bajo el hashtag #MacriHaceteCargo, pero que prontamente genera una reacción espejo bajo la consigna #FraudeK. Claramente en ambos gráficos (Ver N.º 1 y N.º 2), el volumen del grupo coincidente con el oficialismo es mayor, incluso si analizamos su constitución identificamos la composición de 3 subgrupos: a) amarillo – un núcleo duro que referencia a cuentas oficiales, b) anaranjado – un grupo constituido por aliados en donde encontramos medios de comunicación y otras figuras relevantes, y c) rojo – un grupo compuesto por gente afín al oficialismo. El volumen resultante de todos los subgrupos es claramente superior al opositor, caracterizado por el color azul. Pero, su composición es eclética. Encontramos la referencia a cuentas de referentes políticos partidarios y muchos militantes. Pero, la cuenta de Cristina Fernández de Kirchner no se encuentra dentro del debate.
Éste último punto es coincidente con una estrategia comunicacional de mantener oculta la figura de la ex-Presidenta, ya que se ha comprobado que sus intervenciones reducen la consideración sobre el candidato del Frente para Todos. Aunque esto no parece haberle importando a los mercados que reaccionaron en forma negativa, como ya indicamos anterior.
Si el grupo oficialista es mayor, el sentido común diría que el apoyo social se ha incrementado. Pero, al igual que la trampa de las urnas, el volumen nada tiene que ver con el apoyo real y su nivel de confianza. Si podemos decir que comunicacionalmente, el oficialismo ha sabido organizarse mejor comunicar e implantar mensajes, e incluso a través de los medios de comunicación aliados difundir sus consignas.
El arrepentimiento que no fue o llegó muy tarde
En esta carrera contínua en donde el Presidente Macri quedó ficticiamente en segundo lugar y, digo ficticiamente porque ya he explicado el objetivo real de las PASO. Pero, cuyo resultado no puede ignorarse. Donde seguidamente no solo no pudo calmar a los mercados, dejando ver claramente la fragilidad económica que aún se cierne sobre el país, sino que además trató de dispersar las responsabilidades a sus opositores en plena competencia electoral y lo que fue incluso peor, a la decisión soberana de los ciudadanos. Nos acercamos a un tercer capítulo de este cuento de realismo mágico. El pedido de disculpas y las medidas económicas de estabilización.
En una nueva conferencia de prensa, el Presidente Macri pidió disculpas por sus exhabrutos posterior a las PASO, aduciendo el dolor de los resultados y que “no había dormido suficiente”. De más está decir que tal explicación no fue bien recepcionada.
Días después, se comenzaron a anunciar una cantidad de medidas paleativas, a favor de los ciudadanos. Como el congelamiento del precio del combustible -que se tuvo que salir a desmentir posteriormente-, la quita de algunos impuestos temporalmente hasta fin de año, al igual que medidas relacionadas al IVA (Impuesto al Valor Agregado) a productos de primera necesidad, bonos para los empleados estatales y de las fuerzas de seguridad, entre otros.
En el Gráfico N.º 3, observamos que la polarización se mantiene. Un grupo oficialista y uno opositor, que reaccionan en relación a la figura central del debate, el Presidente Macri. Los volúmenes de ambos grupos parecen haberse equilibrado, el debate es más abstracto e igualmente violento. Las redes son espacios que permiten una libertad de expresión sin igual, incluso llevando a la violencia verbal como moneda corriente de expresión, reforzada por el anonimato del participante.
La discusión se centró en el paquete de medidas que claramente estarán vigentes hasta diciembre, mes coincidente con la asunción Presidencial, volvió a disparar preguntas que rondan principalmente sobre, por qué no se realizaron con anterioridad. Y lo que le ha valido el apelativo de medidas electoralistas populistas.
Paradojicamente, el macrismo venía a plantear un escenario político diametralmente opuesto del populismo. Pero, la realidad ha sido mucho más fuerte y lo ha llevado a adoptar medidas que parecen encuadrarse en dicho concepto.
Un Presidente que no es
Paralelamente, los anuncios de quien técnicamente solo es un candidato oficial a Presidente, como Alberto Fernández, generan mayor impacto en la estabilidad económica del país. Tras sus expresiones conciliadoras y moderadas, el mercado parece haber respondido positivamente devolviendo cierto grado de estabilidad.
Pero, por las diferencias expuestas en las PASO, muchos sectores parecen comenzar a reconocerlo como el relevo natural y lógico que se confirmará en Octubre y que asumirá en Diciembre de éste año.
El problema es que en Argentina, la lógica no funciona linealmente, y aunque existan 15 puntos de diferencia, cabe recordar que en la elección anterior en el año 2015, la diferencia de 9 puntos fue revertida. Argentina no presenta finales cerrados simples. Solo queda observar cómo se desarrolla las campañas hasta la Elección General y esperar los resultados del escrutinio que nos traerá octubre.